El Coronel Ahumada

The Austin Papers

Environmental History in the Making

This book is the product of the 2nd World Conference on Environmental History, held in Guimarães, Portugal, in 2014. It gathers works by authors from the five continents, addressing concerns raised by past events so as to provide information to help manage the present and the future. It reveals how our cultural background and examples of past territorial intervention can help to combat political and cultural limitations through the common language of environmental benefits without disguising harmful past human interventions. Considering that political ideologies such as socialism and capitalism, as well as religion, fail to offer global paradigms for common ground, an environmentally positive discourse instead of an ecological determinism might serve as an umbrella common language to overcome blocking factors, real or invented, and avoid repeating ecological loss. Therefore, agency, environmental speech and historical research are urgently needed in order to sustain environmental paradigms and overcome political, cultural an economic interests in the public arena. This book intertwines reflections on our bonds with landscapes, processes of natural and scientific transfer across the globe, the changing of ecosystems, the way in which scientific knowledge has historically both accelerated destruction and allowed a better distribution of vital resources or as it, in today’s world, can offer alternatives that avoid harming those same vital natural resources: water, soil and air. In addition, it shows the relevance of cultural factors both in the taming of nature in favor of human comfort and in the role of the environment matters in the forging of cultural identities, which cannot be detached from technical intervention in the world. In short, the book firstly studies the past, approaching it as a data set of how the environment has shaped culture, secondly seeks to understand the present, and thirdly assesses future perspectives: what to keep, what to change, and what to dream anew, considering that conventional solutions have not sufficed to protect life on our planet.

1903: Primera parte. El espacio urbano del cine.

Juan Felipe Leal y Eduardo Barraza nos obsequian un volumen más de esta magnífica colección. A lo largo de esta ya vasta obra nos hemos adentrado de manera detallada y amena, año por año, mes por mes, y casi día por día, en el emocionante universo de la llegada, la difusión y el desarrollo en nuestro país de los aparatos capaces de registrar y reproducir el movimiento: desde el kinetógrafo y el kinetoscopio, de Edison, pasando por el cinématographe de los hermanos Lumière, hasta los múltiples ingenios técnicos que los sucedieron y superaron. Como se apunta en la introducción de este libro, los autores se proponen ofrecernos “un relato que articule aparatos, productores y exhibidores, salas y espectadores, acontecimientos relevantes y obras cinematográficas, cronistas y críticos”. Nos encontramos en el año de 1903. Falta apenas un lustro para que la industria cinematográfica internacional se estructure como hoy en día la conocemos, con sus tres “ramas” plenamente diferenciadas: producción, distribución y exhibición. Se trata de un momento señalado por la existencia de “mercados anárquicos”, “caóticos”, “desorganizados”. Así, a pesar del enorme éxito que tienen las proyecciones de las “vistas de movimiento” entre los distintos públicos de la tan diversa geografía nacional, empresarios como Román J. Barreiro, los hermanos Becerril, Emilio Bellán, Carlos Mongrand, Enrique Rosas y Salvador Toscano, entre otros, enfrentan dificultades para renovar sus respectivos repertorios. Pero en la Ciudad de México un hecho establece de manera definitiva el favor del público por el espectáculo fílmico: Ernesto Pugibet —director general de la Fábrica de Tabacos “El Buen Tono”— gestiona en mayo de 1903 ante el Ayuntamiento la autorización para la proyección gratuita y al aire libre de películas. Con el apoyo de la hábil pareja de operadores de cinematógrafo que forman Henri Moulinié y su esposa, Pugibet promueve con éxito la venta de sus cigarrillos y arrasa en la capital del país con los demás empresarios del ramo, que deben cobrar por el espectáculo. En fin, este texto es una grata lección de historia del cine y un modelo para el aprendizaje de lo que el rigor metodológico y la exploración exhaustiva de las fuentes pueden redituarnos.